Primero que nada:
Aquí está la entrada del blog: http://www.letraslibres.com/blog/blogs/index.php?title=presunto_inocente&more=1&c=1&tb=1&pb=1&blog=14
Aquí está la respuesta del director: http://apps.facebook.com/causes/posts/675087?m=7bc6b446
Hace un par de días, el blog de cine de Letras Libres, que edito, subió una nota de Fernando García Ramírez en la que critica el documental Presunto Culpable. Como editor del blog, respaldé el punto de vista de Fernando, subí el texto y lo promocioné a través de tuiter. Supe que habría una respuesta interesante del público, pero jamás pensé que causaría el revuelo que ha causado, en el que inclusive se han visto involucrados los directores de la cinta. El siguiente blog es, simplemente, un intento por dar a conocer mi posición sobre la entrada de Fernando y el debate que suscitó.
Empezaré con lo siguiente: como dije cuando la vi –y como sostengo en una reseña que saldrá pronto en una revista- Presunto Culpable me parece un gran documental y una película importante y necesaria. Nos abre las puertas a un mundo desconocido y alarmante: el de la justicia mexicana. Vemos las desagradables circunstancias en las que viven los presos en nuestro país, los ridículos procesos legales por los que tienen que pasar y, sí, los pelmazos encargados de impartir esa justicia. Es, en ese y otros sentidos, una visita al cine necesaria. Es, además, un retrato fiel de un personaje valiente y entrañable. La cinta me conmovió muchísimo.
Por lo tanto, no coincido, como espectador, con muchos de los reparos de Fernando. Creo que el documental no tenía que indagar en una vida que no fuera la de Toño y, en efecto, me tiene sin cuidado si Presunto Culpable no hace hincapié en el Distrito Federal y el PRD que lo gobierna. Me importa un bledo quiénes son los papás de los realizadores y no veo la conexión entre ese parentesco y el resultado de la cinta. También coincido con la réplica de Roberto Hernández, el director de la película, cuando afirma que el documental, como cualquier otro género, sigue a un solo personaje, y no tiene que cimentarse en la pluralidad narrativa.
Preguntarán, entonces, ¿por qué publicar una reseña adversa cuando yo, como editor, no concuerdo con todos sus puntos? Primero que nada, porque la labor de un editor no es filtrar los contenidos a través de sus propios gustos. Esta no es la primera vez –ni será la última- que suba un texto con el que no concuerdo enteramente. Mis colaboradores hablan de las cintas como quieran hablar de ellas: yo hago apuntes en cosas que creo que puedan mejorarse, pero no les pido cambios en la esencia del texto. Si les gustó lo que yo odié, si detestaron lo que yo disfruté, respeto su opinión.
Más allá de eso, hay apuntes válidos en el texto de Fernando. En la nota, Fernando se queja de que los documentalistas no hayan indagado en, por ejemplo, la culpas que carga Toño Zuñiga, mismas que lo llevan a desear estar en la cárcel. Aquí, el crítico no le pide al documentalista, como lo hace en el primer párrafo, que enfoque su cámara en los otros implicados. Lo único que le pide –con toda la razón- es que no deje cabo suelto; que vea a su protagonista con imparcialidad; que explore todos sus vericuetos: sus miedos, sus preocupaciones, sus culpas y sus defectos. Las afirmaciones que Toño repite una y otra vez son, en retrospectiva, preocupantes. ¿Qué había hecho para querer morir, para querer estar en un reclusorio? También es cierto que el documental jamás le pregunta si conocía o no al muchacho asesinado o cuál era su relación con él. Y eso es, también, un error (hasta narrativo). Parece, por momentos, como si los realizadores de Presunto Culpable tuvieran miedo de que nosotros, como espectadores, dudemos de la inocencia de Toño. No explorar esas aristas expone una visión parcial de la circunstancia del protagónico. Lo anterior es preocupante, sobre todo, porque la cinta se adhiere al punto de vista de Toño: es una película para él y sobre él, en todos sentidos. Que los documentalistas no confronten a su protagónico, que no le hagan esa pregunta tan elemental, me confunde.
Así como no concuerdo con partes de la reseña de Fernando, estoy, también, en completo desacuerdo con la afirmación de que la narrativa y perspectiva de un documental es como la de cualquier otra cinta y que, por lo tanto, puede ser parcial (como han afirmado tantísimos de los usuarios que comentaron en la entrada del blog). Uno no se embarca en un proyecto documentalista con la verdad en las manos: el director la busca en el proceso de la filmación. Pensemos en ejemplos concretos: ¿qué hubiera pasado si, después de su proyecto, Morgan Spurlock hubiera descubierto que comer comida de McDonalds por 30 días no causa mayores daños?, ¿qué hubiera pasado si, después de descubrir que su experimento fracasó, el director hubiera tergiversado los datos para concluir que la comida de McDonalds es tóxica? De haber hecho lo anterior, Spurlock habría incurrido en una falta gravísima. La historia de un documental, porque no tiene guión, porque se va descubriendo mientras se filma, no puede partir de la parcialidad. Es, en ese y otros sentidos, un género único, que tiene poco que ver, como afirma Hernández, con cintas de ficción. El documentalista retrata la realidad, y eso viene con una responsabilidad implícita. La ficción se puede torcer y doblar; la realidad se debe respetar. Y cuando no se respeta, lo que tenemos enfrente no es un documental sino un panfleto.
Yo, personalmente, no creo que la necesidad primordial de Presunto Culpable sea contar una historia (lo cual hace, ¡y muy bien!) sino crear conciencia (lo cual también hace, ¡y mejor todavía!). No tiene nada de malo que así sea: miles de documentales –desde Food Inc. hasta The Cove– han buscado abrir los ojos y lo han hecho de maneras efectivísimas. Me parece que la cinta de Hernández pertenece a este rubro. Y está muy bien.
La imparcialidad y parcialidad de los documentalistas es un tema que merece un debate serio, que intentaré propiciar en los siguientes meses. No es una pregunta sencilla: ¿cuál es la responsabilidad del documentalista frente a la realidad y los sujetos que retrata? Es, en todo caso, una pregunta que no me habría hecho sin la crítica de Fernando, la puntual respuesta de Roberto y, por supuesto, sin las respuestas –a veces desesperantes- de los usuarios del blog. Y ese es, creo yo, el verdadero valor del trabajo del crítico. Tenga razón o no, la crítica suscita opiniones distintas, preguntas necesarias, argumentos nuevos. Y ahí está su valor. Nos guste o no.
Nota: lamento mucho la censura a la cinta. Repito: es un documental importante, que debemos ver todos. Ojalá esté en nuestras salas por mucho, mucho tiempo.
Estoy totalmente de acuerdo contigo, de hecho no solo queda la pregunta al vacío, de porque Antonio pedía morir, también despierta suspicacia el parpadeo nervioso de Antonio en el careo (incluso en mi hija de 13 anios).
Lo que creo que molesto a los blogistas no fue la critica en si, fue el hecho de empezar la critica, con la descalificación por los orígenes del autor de la obra. Esto en cualquier parte se llama prejuicio, y en estos tiempos, y menos en estos medios, se tolera.
Respecto al parpadeo del joven, quiero aclararte algo. Hay quienes padecen de ciertos males como los llamados “tics nerviosos” y que se pueden manifestar de manera más fuerte en situaciones que generan tensión. Yo en mi caso, padesco de un síndrome llamado “tourette” Es un desorden neuroquímico que, entre otras cosas, se manifiesta con movimientos faciales, emisión de sonidos, etc, todos ellos involuntarios. No se si sea eso lo que tenga el joven, pero lo que sí, es que no sólo lo hace en la película. Lo he visto en programas de televisión y también ahí se puede ver como parpadea.
El hecho de que parpadeara tanto me dice simplemente que estaba en una situación muy tensa.
Afirmar que los documentales no tienen guión es un error evidente, Daniel. No se filma lo que se le atraviesa a uno. Se atraviesa uno a lo que se ha propuesto filmar. Lo que sí no tienen es un “story board” rígido y cerrado, y a menudo se improvisa y se modifica el guión por el camino. Pero modificar el guión no significa de ninguna manera que se carezca de él. Saludos.
excelente columna.
lo único lamentable es que refieras que existe censura.
no existe censura alguna, en realidad la RAE define en una de sus acepción y suponga al tipo de acepción a que terefieres como:” 4. f. Intervención que ejerce el censor gubernativo.” Y como tal no existe. Lo que en realidad existe es una orden de un organo jurisdiccional federal de suspender provisionalmente la cinta, a efecto de salvaguardar las garantías jurídicas de un individuo, quien al igual que tú, tiene derecho de acudir ante los Tribunales a solicitar el amparo de la justicia. ahora bien, a efecto de garantizar los daños que se puedan generar en virtud de la suspensión, se otorga una fianza. Es así que los productores de la cinta, quedan de esta manera un tanto protegidos. Sin contar por supuesto, la gran exposición mediatica de la cinta (la cual no he visto, pero sin duda veré).
Es así, que en principios de cuenta, el propio Gobierno Federal es coproductor de la cinta, así que no existe la censura que refieres.
saludos
Te preguntas “¿cuál es la responsabilidad del documentalista frente a la realidad y los sujetos que retrata?”.
Capote se enfrentó a esa responsabilidad cuando escribió “In Cold Blood”. Dejó pasar años y no terminó la novela hasta tener la certeza plena de la responsabilidad de cada uno de los inculpados. Precisamente por esa certeza “In Cold Blood” tiene la importancia que hoy tiene dentro de la literatura.
La inocencia del protagonista de “Presunto Culpable” no debe dejar dudas, por eso creo que la responsabilidad e imparcialidad de un documentalista deben ser totales.
Concuerdo completamente contigo. Aunque sean géneros distintos, creo que tu ejemplo le va como anillo al dedo a mi entrada.
El problema es que en un estado de derecho, la inocencia, a falta de pruebas, debe PRESUMIRSE , o incluso ante una duda razonable. Terminas por caer en lo mismo; pretendes que la inocencia se pruebe, o bien, que se esté seguro de ella.
¿Cómo pueden estar seguros de la inocencia del joven? Simplemente por la falta de pruebas en su contra. Claro, pueden haber algunas sospechas y especulaciones respecto a la vida pasada del joven, pero la película tiene un enfoque hacie el sistema de impartición de justicia, en el cual la carga de la prueba debe corresponder a quien afirma. Precisamente de eso se trata esta película, de la necesidad en la que estamos de que nuestro sistema acusatorio se apegue a los principios procesales, lo cual no hace. Dices “La inocencia del protagonista de “Presunto Culpable” no debe dejar dudas”. Me parece una barbaridad eso amigo. Es al revés, su culpabilidad no debe dejar dudas. Entiendo que tu crítica es respecto a la convicción de los documentalistas y no del juez, pero aun así, lo que los motivó a la realización de dicho documental es que el protagonista fue condenado aun cuando se carecía de pruebas en su contra.
Mencionas a Capote, y me llama la atención cómo señalas que “no terminó la novela hasta tener la CERTEZA PLENA de la RESPONSABILIDAD de cada uno de los inculpados”. Los documentalistas no tenía la certeza de que el protagonista fuera responsable, ni el juez, ni la agente de Ministerio Público, ni nadie, por consiguiente su inocencia debe presumirse, de eso se trata el documental. Creo que la comparación que haces no es homogénea. Lo fuera si ellos hubieran realizado una película respecto a Toño, con la convicción de que, efectivamente, cometió un homicidio. Pero no es el caso.
Saludos.
Yo tuve un caso similar con mi hermano, y toda la investigación la hice yo para que pudiera salir, te deseo que nunca pases por una situación así porque no solo te va a importar tu madre tu familia y todo lo demás cuando veas el desgaste económico, el desgaste moral, y físico de todos por la estupidez y falta de profesionalizo de todo el sistema, así como corrupción al interior de los penales.
Estimada Edith:
Una de las mejores cosas que tienen las redes sociales, es que son redes horizontales. La época del autor que ponmtificaba ya pasó. Ahora los lectores pueden criticar al autor y el autor puede responder en plano de igualdad a sus críticos. Todo este rollo para decirte porque en mi comentario a Presunto culpable, según dices, empecé “con la descalificación por los orígenes del autor de la obra. Esto en cualquier parte se llama prejuicio, y en estos tiempos, y menos en estos medios, se tolera”. Sin embargo, no fue gratuita esa mención, según creo. Si yo hubiera mencionado a la mamá de la autora sin venir a cuento entonces sí hubiera caído en el prejuicio. Pero te pongo en antecedentes. La mamá de la autora es la productora de la película. ¿Te parece mal que hable de la productora de la película? La mamá de la autora además aparece varias veces en la película, abrazando a la mamá de Toño, abranzando a la novia de Toño, dándole ánimos a Toño. ¿Te parece mal que hable de una persona que interviene en la película? Además, la mencioné porque me pareció que su presencias en la cinta era paradójica: cuando acusan a Toño la procuración capitalina de justicia estaba bajo el mando de Alejandro Encinas, y es por tanto, aunque sea minimamente, responsable. Hoy Layda Sansores apoyo con entusiasmo la candidatura de Alejandro Encinas. ¿No te parece paradójico? ¿Qué hoy defienda a alguien que fue encarcelado por alguien que ella hoy apoya? ¿Te parece que eso es prejuicioso? ¿Señalar las incongruencias de un personaje -la productora de la película- te parece que es un prejucios en estos tiempos y en estos medios?
[…] armó un desmadre que para qué te cuento. daniel krauze, editor de ese texto, publicó en su blog otro post sobre el asunto. por ahí decía: “uno no se embarca en un proyecto documentalista con la verdad […]
vaya, Presunto Culpable ha logrado que se derrame mucha tinta, virtual, claro…
yo arrastré a mis hijos a verla, uno de 15 y el otro de 10
el grande estaba encantado con el RAP, las quiere traer en su Ipod…
el chico, a media función, estaba bien aburrido -¿esto querías ver?-
la vimos el miércoles que la suspendieron, aunque ese fue el día que Cinepolis dijo -hasta que tengamos oficio la quitamos-
yo pretendía, que mis hijos notaran que si haces algo puedes acabar así, para ellos, no fue mucho impacto ver la cárcel, los expedientes, los abogados, al final, porque nos quedamos a ver los créditos, tenían una sensación de que algo estaba mal
y como Toño sale… me fue difícil empatar con ellos, la realidad que vemos en el documental
ahora con las nuevas resoluciones, y por supuestos, nuevo pleito, se sigue comentando, aunque no se, buscamos mejorar la aplicación de la justicia ¿eso cómo va?
Que interesante. Cuando salió el documental hice un post titulado “Presunto Culpable: ¿Dios te mete a la cárcel y el diablo te saca de ella”
Le dio otra lectura pues siendo mexicano y no sabiendo que eso se da si es realmente peen… así que escribí otro lado de la historia. Ojalá lo leas.