Mi bronca con lo que yo denomino la melomamonería no es nueva.
Si hay que empezar en un lugar tendría que ser este: la mamonería, en casi cualquiera de sus facetas, me molesta. No soporto al pedante que dice haberse dormido en Spider-Man pero que asegura ver una de Wong Kar-Wai todas las noches antes de dormir. Tampoco soporto al mamerto para el que no se ha escrito nada que valga la pena desde Rulfo. No aguanto al que enumera sus preferencias como si fueran su carta de presentación y, por lo tanto, tampoco me simpatizan los que sólo pueden hablar de lo que están leyendo o viendo o escuchando. Siempre he creído que si crees que tus gustos hablan por ti entonces tú no tienes mucho que decir.
Así que tenemos al cinéfilo pedante y al lector odioso; tenemos, ahora, al televidente sabelotodo (¿no has visto The Wire? Estás mal) y al devorador de arte moderno (cuando voy a Nueva York neta ni piso el Met… me voy directo al New Museum). Pero de todos los mamones el peor es el melomamón: ese consumidor de la música in para el que no hay grupo con tres discos que no sea passé; ese flaco aspirante a reseñista de NME que moja la cama criticando a cualquier grupo que sea capaz de llenar un estadio; ese cazador del primer boleto de conciertos diminutos a los que va para rodearse con otros de su estirpe; ese disco rayado que sólo sabe hablar de una sola cosa: música. Música que tú y yo no hemos escuchado. Música recién salida del horno. Música influida por grupos que tampoco conocemos.
Y si me molesta más el melomamón que el cinéfilo pedante y el lector odioso es por un motivo muy sencillo: el conocedor de música (moderna) es el macnugget de los conocedores. El cinéfilo pedante me aburre y el lector odioso me abruma, pero no los desprecio. Su oficio –su sabiduría- es, muchas veces, legítima. Para conocer toda la obra de Fassbinder no basta una hora frente a un estéreo. No, señor. Hay que tener la estamina para culiatornillarnos en un sofá por más de veinte horas. Para leer todo Proust no basta un viaje en avión de aquí a Playa del Carmen. No, señor. Hay que tomar fuerzas para leer más de ochocientas páginas de “tiempo perdido”. Y, ¿para conocer el opus de Dirty Projectors?, ¿para sumergirnos en la magna obra de Passion Pit, de pe a pa? Horas. Más de dos, pero no más de seis. La cultura musical moderna es, en suma, la cultura para los perezosos.
Lo cual, en principio, no tiene nada de malo. Total: ver un cuadro de Cezanne tampoco toma más de cinco minutos. Pero una canción del segundo disco de MGMT no es un cuadro de Cezanne.
El problema quizás radica en el oficio mismo de ser un crítico de música. Durante años he comprado Q, NME y Spin, dependiendo de mi estado de ánimo. Suelo darles una hojeada: leo entrevistas, artículos y me pongo al corriente, en menos de media hora, sobre los nuevos discos a estrenarse. Las reseñas musicales de Q están particularmente bien escritas. De hecho: están tan bien escritas que logran que el lector se olvide que realmente están reseñando algo que es, a fe mía, “inreseñable”.
Me explico:
Una reseña de cine se enfoca en elementos que son, en general, ajenos a los sentimientos del crítico. David Denby escoge una cinta e intenta desmenuzarla a través de la lógica: la trama no es verosímil, el actor no da los registros necesarios, la fotografía luce descuidada.
Una reseña literaria se enfoca en elementos similares: una uniformidad prosística, un mensaje coherente, una trama bien urdida y un grupo de personajes bien armados.
Los elementos necesarios para que un libro y una película funcionen son tan evidentes que el 90% de las personas que han visto, digamos, más de cien películas en su vida sabe que La Risa en Vacaciones no es una obra maestra del séptimo arte.
Casi podría decirse que la sensibilidad personal opera en segundo plano al leer un libro o ir al cine. La manufactura es lo inicialmente primordial y si eso falla el libro (o la película) falla también. Es decir: en la gran mayoría de los casos un lector o un espectador necesita que el libro que está leyendo o la película que están viendo cuente con un mínimo de valores objetivos para poder leerlo o verla. No importa qué tan buena sea la trama si la cinta está actuada con las patas. Para que nuestra sensibilidad opere tenemos que esperar a que el ensamblaje técnico de una película pase un cierto estándar de calidad.
La música, sin embargo, es muchísimo más inmediata. Yo puedo objetar las letras de una canción de José José y aducir que sus versos son patéticos, y aún así cantarla en una fiesta. Mientras la experiencia –por el lugar en el que estoy o la gente con la que me encuentro- me resulte placentera seguiré cantando la canción.
El problema con los críticos de música (y los melomamones) es que tratan a la música como si no fuera el arte más subjetivo. Objetivamente puedo decir que yo pinto muy mal; objetivamente puedo decir que los libros de Yordi Rosado no son buenos; objetivamente puedo decir que Lola la Trailera no es una buena película. Pero, ¿objetivamente puedo decir que La Incondicional de Luis Miguel o Viva la Vida de Coldplay es una mala canción? Es aquí –en la música- donde el gusto, ese instinto caprichoso, tan único como la huella de un pulgar, es rey.
Escuchar a los melomamones y sus gustos homogéneos es escuchar a la tiranía de la predilección. ¿Por qué XX (así se llama el grupo) es mejor que, digamos, Bon Jovi? Dudo que las letras vagas de los, tan en boga, grupos actuales hagan más sentido que las letras de Journey. Dudo, también, que el vocalista de MGMT sea mejor intérprete que Christian Castro. Dudo que los arreglos de Volcano Choir sean muchísimo más trabajados que los del último disco de Enrique Iglesias. En términos técnicos la música que sale al mercado es, en general, similar.
Así que cuando un melomamón descarta a Britney Spears la está descartando por su gusto. Y su gusto es legítimo. Pero no deja de ser eso: una predilección arbitraria, dictada, no tanto por la complejidad musical, sino por lo que diría de él el hecho de aceptar que le gusta la rola de Oops! I did it again.
La realidad es que la música es un género único. Una canción conecta con nosotros por el momento en el que la escuchamos; porque nos gusta eso que dice ahí después del coro; porque, después de un aroma, no hay mejor máquina del tiempo que una rola; porque nos gusta esa partecita con la guitarra allá atrás. A diferencia de otras artes la música es una inyección al subconsciente. Puedo, perfectamente, decir por qué me gusta El Padrino o Shawshank Redemption. ¿Explicar por qué me gusta tanto Kingdom of Rust de Doves? Carajo. Sería como explicar por qué me gusta el azul y no el naranja, o por qué me gustan los duraznos pero no los aguacates. Ser melomamón es tan absurdo como asegurar que el color más bonito este año es el negro… y el que diga que es el verde está profundamente equivocado.
Mi estimado, nunca me habia tomado tiempo en realidad para apreciar tu trabajo… los mejores minutos de mi medio dia. Me encanto!
🙂 Muchas gracias, Aiduken. Me halagas, de veras.
Que buen post! Que tengas buen día!
Uy, conozco a muchos de este tipo. Radio ibero me latia hasta que comenzaron a volverse Melomamones. Abrazo.
Muy buena crítica con respecto al actuar de los “melomamones”, sólo me queda felicitarte por tu blog y decir que tus reseñas son para tomarse unos minutos y leerlas.
Muchísimas gracias!
tssss… también se podría comentar que la cultura del Hipsterismo pequeñoburgués es una respuesta a esa terrible terrible necesidad de ser únicos y especiales como copos de nieves ante un mundo masificado…
(pero en sí muy buen artículo, dude)
Creo que entiendo el planteamiento general de lo que dices. Me parece incluso muy interesante la idea. Sin embargo, no puede notar una cierta perdida de sentido cuando dices que el gusto musical es subjetivo, como si el gusto cinematográfico o literario no lo fueran. Creo que puedo decir que hay muchas películas reconocidas por expertos que no me parecen buenas y hay muchos libros que son del tipo best-seller que jamás me ha interesado leer. y mi pasión por la música, las artes, el cine, la literatura es vasta, o eso creo. Al final del día, las personas escuchamos, leemos o vemos aquello que de alguna forma alimenta nuestro espíritu en ese momento. Si en este momento no quiero ver una película de stanley kubrick y aún así la veo puedo incluso concluir que es horrible. y lo mismo pasa con la música, escuchas lo que en ese momento necesitas o quieres escuchar… aún no se cuando el cine o la literatura dejaron de ser arte ni cuando las artes se convirtieron en objetivas…
Saludos y mis más profundos respetos!
Gracias por tu apunte. Creo que tienes razón en ciertos aspectos. Saludos!
Felicidades por esta entrada, tampoco soporto mucho tiempo a los melomamónes, (jajaja que buen termino), gracias por compartir esa aversión con la que me identifico. Saludos
De ante mano gracias por escribir estas reseñas, me gustó mucho la critica Daniel, me gusta tu redaccion.
Yo dicierno un poco en el hecho de la complejidad y la interpretacion del musico. Yo si creo que exsiste una gran diferencia en ver tocar a Sigur Ros en colaboracion con Radiohead donde ellos incluyen instrumentos (inventados por ellos) y ¨jammean¨ en la obra en cuanto a la danza concierne, splite sides (dirigida por Robert Heishman y Catherine Yass) a ver una interpretación de RBD con un muy buen playback de fondo. Siento que la diferencia es que unos ven a la musica como un puro negocio y otros la ven diferente.
Al fin de cuentas yo si encuentro una diferencia notable entre el musico y el pseudomusico. Pero de ante mano es mi opinion basada en gustos.
Por cierto un saludo daniel, todavia recuerdo aquellos partidos de futbol en pumitas, espero y sigas siendo adepto del futbol.
Creo que me enamoré. (=
Texto fascinante.
Gracias por compartirlo.
Los melomanos son mamones, de acuerdo, la gente mamona abunda(mos). Pero ese rollo de la objetividad para evaluar películas y libros que aparentemente está ausente de la música… eso no me cuadró.
Creo que no te entendí bien, no sé si podrías elaborar sobre la objetividad/subjetividad en pintura, foto, arquitectura, escultura. Ahí se puede ser tan categórico como en libros y películas? Estás hablando sobre objetividad para evaluar el arte (o sus imitaciones) en general?
Esa discusión sobre qué es bueno y malo en el arte, creo que estás llegando tarde a la fiesta. Para empezar Dennis Dutton, y de ahí agarras camino. O de qué estamos hablando?
Me hicieron ruido tus selecciones: Luis Miguel?, hay una discusión sobre Luis Miguel y la música que valga la pena? en qué momento Luis Miguel se volvió relevante en una discusión de objetividad atrística?. Es posible elaborar objetivamente sobre la música de Luis Miguel: su selección de progresiones, la calidad en la ejecución de sus músicos, la selección de escalas en sus canciones, su vibrato, sus inclinaciones para tensar y resolver episodios musicales, etc. etc. etc.
Me hizo ruido tu lógica y sintáxis en el post, y que te llamaran novelista en Life & Style.
jeliviano
A mí me hacen ruido muchas cosas de tu comentario.
-Si es “posible elaborar objetivamente sobre la música de Luis Miguel”, ¿por qué no va a ser “relevante en una discusión de objetividad artística”?
-¿Llegué tarde a la fiesta?, ¿cuál fiesta?, ¿de qué hablas? Esto es un post en un blog, manito, no un ensayo de Tom Wolfe ni un tratado filosófico. No te me pongas académico.
-Si algo no te cuadró será porque a) no tengo razón o b) tengo razón pero no lo entendiste. Un texto -sea en un blog o en una revista- habla por sí solo. Si el mío falló, ni modo. Si no lo entendiste: ahí está pa que lo leas otra vez.
-Life and Style me llama novelista porque eso soy. El término me parece una mamonería absoluta, pero tengo dos libros así que supongo que me merezco el titulete.
Saludos,
Me veo en el lamentable caso de acotar que me categorizarías entre un aberración de melomamona y… fan de Britney Spears.
Imagina que me metí al Met, corrí por la gran manzana, luego salí por la puerta de atrás del Gugggy (nos tuteamos) y me metí al metro para llegar temprano a la grabación gratuita de Oprah en la Quinta avenida donde estuvieron los Black Eyed Peas y hubo un flash mob.
La gente debe y le urge aprender a reírse de sí misma, reconocer que el verde es UN color entre muchos y que los lectores exquisitos somos reales, y estamos fuera del clóset, ja.
Mi melomamonería rampante vendría a continuación:
Sería incapaz de contestar un comentario de alguien que hablara de objetividad artística, que te dijera que llegaste tarde a una fiesta a la que a él tampoco invitaron y sea, al mismo tiempo, incapaz de acentuar melómano o pasarse por los destos la “sintáxis”.
Los ojos se lamentan de haberse posado sobre esas líneas.
En otros comentarios, ¿Ya viste los dinosaurios hipster? Sí que son objetivamente artísticos y representa la postmodernidad (pfffff!).
Funny, je:
http://imgur.com/a/A379E/hipster_dinosaurs
PD: llegué acá por la marcemars, te está haciendo un chingo de publicidad gratis, ja.
Saludos
Amé tu artículo, y probablemente te amo a ti por la manera tan centrada en la que expones tus ideas. Muy chido. No sé si es porque me ha tocado convivir con muchos melomamones pero concuerdo contigo.
Saludos.
Gracias, @marcemars. Yo también conozco -y padezco- a muchos melomamones. ¡Un beso!
Pero si tu eres el melomamon mas grande que escribe, te pavoneas mencionando a cada rato en tus escritos a Kurosawa, Mew, Doves, etc; uy, pero si alguien los menciona y no eres tu lo tachas de “Melomamon”, que horror que no seas coherente ni sincero con tus propios escritos, te falta honestidad
Todo mundo sabe quienes son los XX, no necesitas la aclaración, pero bueno, gracias por esta mi pequeño melomamon-burgues
No sé si Doves o Mew entran dentro de los gustos de la melomamonería. Pero quizás tienes razón. Lástima de esa palabra con la que acabas tu comentario. La descalificación por clase me da mucha, pero mucha hueva.
Todos los días encontraremos a un snob que nos quiera instruir en algún temas, y del mismo modo hay que tener cuidado de no “instruir” a los demás cuando nos rebasen nuestras propias pasiones y nos den ganas de habar Ex cathedra.
Comparto tu opinión acerca del orden de pedantería, sólo apuntaría que de pronto si hay ciertos cánones que nos ayudan a calificar la música y que nos previenen de escuchar lo nuevo de la banda pelillos, o lo viejo de Marky Mark.
Un saludo, gran blog y buena tertulia en los comentarios.
Estoy de acuerdo contigo en cuanto a que la gente pretenciosa o “wannabe” es realmente odiosa. Pero en cuanto a la critica de la musica: no. Por que te gusta una cancion o una banda sobre otras? Cada quien sus gustos no? Si me gusta mas Passion pit que Luis Miguel simplemente es asi y no me siento superior a los demas por ello. Simplemente me gusta. Senti en tu texto un poco de rencor, como si en la secundaria te hubiera dejado tu novia por un rockero. Gran blog, abre mucha discusion. Felicidades.
O rayos!! me has abierto los ojos, yo soy un melomamones pero al reves. Le miento la madre a cualquiera que me diga que Lady gaga y todo su repertorio es mejor que Javier Solis y ahi mis oiditos se cierran para escuchar replicas. buuu
Comparaciones absurdas hay en todo el mundo.
Buen post.
chau
Siempre e creido que los melomanos, tal cual, cuando empiezan a describir música, parecen que describen una orgia
Excelente artículo! Que rico es leer algo inteligente, discutible jajaja 😛 pero inteligente.
Feliciades!
(Espero no ser ninguno de esos tres “trolls” que describes, porque un amigo hace la referencia de tu blog con mi nombre en twitter. )jajaja
Saludos
Entendido.
Lo siento; creo que no hay coherencia en muchos de tus puntos. Más bien, creo que el mensaje se pierde o nunca llega o no existe. En el arte, todo es subjetivo. Así como criticas a los que se comportan así con la música, existen los que se comportan así con cualquier otro tema; no hay gran diferencia. Repito: siento que no hay un punto.
¡¿”Hacer sentido”, Daniel?!
Por otro lado, una pieza musical (como cualquier otra obra artística) puede o no gustarnos, eso es subjetivo, cierto. Pero también es verdad que cada una de las artes tiene, digamos, una metodología, elementos que deben tomarse en cuenta para reconocer cabalmente que es arte (o no).
No digo que toda la música sea arte, digo que sí tiene su mérito sentarse a escuchar un disco algunas horas y enunciar una crítica basada en a) el contexto en el que ha sido creado dicho disco y b) las armonías, ritmos, coros, no sé, todos esos elementos que una buena pieza musical debe contener.
[…] Bueno si les interesa saber los posts que me inspiraron a escribir este post chequenlos en: Florencia Lujani y La Oveja Perdida. […]
Entonces para ti, no hay forma objetiva de argumentar porque es más sutil la forma de provocar emociones en el escucha de un disco como “Abbey Road” de los Beatles o una obra como “Porgy and Bess” de Gershwin; Que la música de Blink 182 o Paty Cantú. Que pasó dude, estaba muy bonito tu post hasta que empezaste a decir mamadas…
Ja ja ja ja ja ja. La mejor crítica que he recibido, en serio. Sobre todo el final. Cheers!!
Y creo que tienes razón, por cierto.
Las opiniones en el blog no deberian centrarse en el tema de los gustos; nunca se terminarian nuestros “replies”. Afortunadamente existe la Técnica en todas las artes que se mencionan aqui, la cual es una pequeña o gran guia para decidir que es bueno o es malo. Tomando como ejemplo el grupo RBD que mencionaban antes, para mi puede ser agradable o no, pero este grupo no son solo las cáratulas que aparecen en TV, sino que por ejemplo tienen quizá un guitarrista que puede ser muy bueno y un arreglista fregón, de hecho lo tienen y por ello sus canciones les parecen buenas a muchos, pero tambien existen otros criterios utilizados para considerar algo como arte (atemporlaidad, tècnica, tec, etc.).
…Y no, no me gusta RBD, y son buenos o malos, en realidad no me importa y no se que demonios hago escribiendo sobre RBD.
Saludos!
Maricooon! jajajaja le sacaste putini?
Veees, eres tan moderna, jajaja, ya te imagino solo publicando las flores, ignorando cual hipster efímera la mierda. Besos negros.
¿Seguro me quieres mandar un beso negro? Ustedes los trolitos oligofrénicos son gente muy rara…
Bueno, pues que decir a estas horas y con insomnio, me ha hecho reír mucho el post y los comentarios; pero como ya te han escrito, como negar que muchas veces caemos en esa situación (hasta tú – por lo que dicen los posts-), (tal vez no de melómanos mamones pero tratamos de SER ese que comenta algo de la música con cierto elogio, atributo, desaprobación, etc. por x o y canción, grupo, ritmo) y es raro decir, valorar o calificar, ya que a final de cuentas si fuéramos músicos nos gustaría nuestra música (realizada por nosotros y para nosotros no? Es como lo hijos todas las madres dicen que son bonitos) y como en otras cosas tendrías un caminito trazado para ello (igual que nos enseñaron ciertas cosas en la escuela , casa, etc.), entonces diríamos todo es basura menos la “música culta”, pero sospecho que no varios de los posteadores incluyéndome no lo somos, no estudiamos música ni nada relacionado… y Morfeo ya llego!, chidos tus post.
Coincido en que pocas cosas son peores que asumirte iluminado por una luz indie/alternativa y solo por ello juzgar y desacreditar todo lo que no forme parte de tus gustos. en mi opinión si un grupo es bueno, es bueno sin importar que tan popular sea o cuantos estadios pueda llenar.
Pero no creo que por eso se pueda relativizar la calidad de la música. Creo que hay una gran diferencia entre intentar proponer, aportar, inluso inovar, y crear algo que esta hecho solamente para pegar y vender.
Saludos y sigue haciendo esto, que en verdad lo haces muy bien.
No sé cómo llegué a este blog, pero qué buen artículo. Pienso que a todos nos sale lo megalomamones en algún momento.
melomamones, perdón. Estoy algo dispersa.
Pues creo tener “problemas” de ese tipo, ahora los llamo problemas, porque me han llevado a un grado extremo de irritabilidad en todo lo relacionado con..
Pero creo que reconocerlos es un buen inicio y tengo bastante que leer en este espacio.
Saludos
me encanto tu entrada, muy buena critica 😛
MUY BUEN COMENTARIO, NO SE MUCHO DEL TEMA SIN EMBARGO, TU FORMA DE ESCRIBIR Y TU CONCEPTOS SON EXCELENTES.
SALUDOS!!!!
Hoy conocí tu blog. Más allá del cine y de la música, creo que lo que más disfruto en la vida son las palabras. Por tu forma de utilizarlas me declaro desde hoy fan. Gracias por la deliciosa lectura!
Aquí, muy a propósito, con My own private hipster http://bit.ly/pwz9Kl