Las mejores películas del 2008

Aprovechando que es temporada de Óscares (y, por lo tanto, de favoritismos arbitrarios), ahí les va  mi gratuita lista de mejores películas del año… en orden, por supuesto:

1- Waltz With Bashir: Una película necesaria, devastadora y extrañamente hermosa. La película del israelí Ari Folman no sólo denuncia las atrocidades de la guerra: inventa, en el proceso, una nueva manera de narrar en cine.

2- The Class: La película francesa que ganó la palma de oro. Una película con toque de documental que narra la vida de un profesor de francés en una escuela pública a las afueras de París. Incómoda, inteligente e imparcial, The Class no ofrece respuestas a las muchas preguntas que plantea; en el proceso, logra ser un animal rarísimo: una película europea que es accesible sin comprometer su punto de vista artístico y que, milagro, no es condescendiente con el espectador.

3- Wall-E: Lo más cerca que ha estado el cine de animación del arte. Nunca he sido fanático de las películas de Pixar. Me parecen fábulas tediosas y acartonadas. Esta, sin embargo, es todo menos eso. Una película casi silente sobre la vida de un robot abandonado en la tierra a cumplir el trabajo pseudo-socialista de recoger basura por una eternidad, Wall-E no sólo es hermosa: es la primera película animada que se atreve a decir algo sobre nuestros tiempos.

4- The Dark Knight: De nuevo, las películas de super héroes me tienen sin cuidado. Iron Man me pareció soporífera y la primera Batman de Nolan me gusta, a secas. Esta es otra cosa. Una película nihilista y cruda, un híbrido de Michael Mann y Naranja Mecánica, The Dark Knight habla sobre el mal del siglo XXI y lo que la ley tiene que hacer para detenerlo (perdiendo, probablemente, el alma en el proceso). Que una película tan oscura haya tenido tamaño éxito me confunde. O quizás no. Después de todo, estamos en el 2009 y la versión de Burtón -una confección digna de la era de Reagan- es prácticamente anacrónica.

5- In Bruges: de Martin MacDonagh, el más cruel, sátiro y nihilista de los dramaturgos contemporáneos. En el teatro, el tipo no tiene cuate. The Pillowman y The Cripple of Inishmaan, entre otras muchas obras, son, sin duda alguna, obras maestras del drama pesimista. No por nada, MacDonagh es adorado en ambos lados del Átlántico. Aburrido, quizás, con su fama de dramaturgo, el tipo se lanzó al cine, filmando primero un cortometraje (Six Shooter) que le valió un óscar. Dicha pieza es, para mí, lo peorsito de MacDonagh: pesimista por que sí, gris y desesperanzadora (el equivalente cinematográfico a un hoyo negro). Pero el tipo se redimió con su primer largo, In Bruges. Sí, no sé bien qué quiso decir con la película. Y, a decir verdad, no me importa. In Bruges es un viaje -literal y metafóricamente-: una comedia negra con toques de thriller, gore y drama. Vale la pena.

6- Let The Right One In: Sí, esta es la otra película sobre un romance entre un vampiro y un humano. Sólo que esta ocurre en Escandinavia, es sórdida, es parca, es brutal y, a diferencia de aquel otro panfleto mormón sobre la abstinencia, es profundamente conmovedora. Ojalá llegue a México pronto. No tiene madre.

Y ya. Slumdog me gustó. Frost/Nixon también. Y no muchas otras. No he visto Milk, tampoco. La quiero ver.

Las decepciones del año, sólo por poner dos, son:

Quantum of Solace (la peor secuela de la mejor Bond), Benjamin Button (Forrest Gump sans el carisma).

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